(NOTIMEX).- El cineasta Guillermo del Toro, quien alguna vez declaró que los insectos son criaturas perfectas, está a punto de convertirse en una de ellas si logra que su obra "El laberinto del Fauno" sea nominada al codiciado premio Oscar. Y es que este hecho representaría un paso enorme para el Séptimo Arte de manufactura mexicana, pues abriría la brecha para que los ojos hollywoodenses y del resto del mundo voltearan hacía el talento nacional y recurrieran a él.
La idea no brota de manera gratuita y Del Toro lo sabe, ya que despertó suspicacias desde que se dio a conocer que la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMCAC) la había propuesto para ser considerada como contendiente.
Quizá surjan algunas dudas al tratarse de una coproducción México-España, pero ante el titubeo sólo basta revisar la ficha técnica para darse cuenta de que la parte fundamental de la materialización del proyecto proviene de mano de obra de este país.
Los nombres no mienten, el director (del Toro), el fotógrafo (Guillermo Navarro), el diseñador de los efectos de sonido (Martín Hernández) y la productora (Berta Navarro), por citar algunos, son mexicanos.
"Estoy en campaña, no quiero que esta vez se repitan los errores que se dieron hace varios años con `El espinazo del diablo' porque ahora si quiero obtener la nominación al Oscar", afirmó el artífice del filme, al tiempo de señalar que su película tiene los argumentos necesarios para lograrla, ya que le puso su mejor esfuerzo.
La trama de la cinta le permitió a su realizador mezclar dos géneros, acción y fantasía, de una forma tan acertada y prodigiosa que sólo resta rendirse ante la evidencia de que Guillermo del Toro es ya un cineasta de alcances universales.
Siempre orgulloso de su nacionalidad, los sucesos que ha vivido, entre ellos el secuestro de su padre, lo han llevado a mostrar historias crudas, muchas veces recurrentes al mundo de lo sobrenatural, a lo largo de su trayectoria.
"La Guerra Civil es un acontecimiento que también le tocó directamente a nuestro país, cuyo gobierno en la década de los 30 (encabezado por Lázaro Cárdenas) brindó su apoyo a los exiliados", aseveró.
Su pasión por estudiar y profundizar sobre periodos específicos en la historia de la humanidad lo ha llevado a inventar relatos que se desarrollen a la par de estos, como la referida "El espinazo del diablo".
En "El laberinto del Fauno", el talento histriónico de Sergi López, Ivana Baquero y Maribel Verdú le permitió darle relevancia simultáneamente a la parte real y a la fantástica.
En su momento, del Toro reconoció que enfrentó diversas dificultades durante la realización del filme, una de ellas fue que tuvo que aprovechar al máximo a López, pues su compromiso teatral en Madrid no le permitía tener total disponibilidad de tiempo en los días de rodaje.
Sin embargo, no todo representó ser un contratiempo, ya que para su fortuna tenía a Baquero, una actriz que aunque tiene 12 años de edad "me sorprendió por su madurez, era como si tuviera 55 años, supo adaptarse a mi forma de trabajar".
"Estuvimos filmando en la región de Segovia, donde se estaba viviendo una de las más terribles sequías en la historia de España y las autoridades nos prohibieron el uso de armas de fuego o que se hicieran escenas en medio de las llamas", detalló.
Por ello, explicó que se tuvieron que utilizar pistolas de utilería y para hacer reales los disparos recurrió al apoyo de efectos digitales, soporte del que también surgieron las secuencias donde aparece una gran región de bosques.
El género fantástico ha sido la especialidad del oriundo de Guadalajara, Jalisco, desde sus principios en el arte de la cinematografía, como ejemplo, basta citar títulos como "Cronos", "Mimic", "Blade 2" y "Hellboy".
No obstante, se ha negado a aceptar hacer historias como una de las novelas de "Harry Potter" o "Las crónicas de Narnia", porque no desea desvirtuar su visión de la fantasía.
Actualmente, prepara la segunda entrega de "Hellboy" y continúa en su ir y venir entre Madrid y Los Angeles, con algunas visitas a su natal país.
Una de éstas se dio en fecha reciente, pues asistió al Festival Internacional de Cine de Morelia, en el que se estrenó a nivel nacional "El laberinto del fauno".
La idea no brota de manera gratuita y Del Toro lo sabe, ya que despertó suspicacias desde que se dio a conocer que la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMCAC) la había propuesto para ser considerada como contendiente.
Quizá surjan algunas dudas al tratarse de una coproducción México-España, pero ante el titubeo sólo basta revisar la ficha técnica para darse cuenta de que la parte fundamental de la materialización del proyecto proviene de mano de obra de este país.
Los nombres no mienten, el director (del Toro), el fotógrafo (Guillermo Navarro), el diseñador de los efectos de sonido (Martín Hernández) y la productora (Berta Navarro), por citar algunos, son mexicanos.
"Estoy en campaña, no quiero que esta vez se repitan los errores que se dieron hace varios años con `El espinazo del diablo' porque ahora si quiero obtener la nominación al Oscar", afirmó el artífice del filme, al tiempo de señalar que su película tiene los argumentos necesarios para lograrla, ya que le puso su mejor esfuerzo.
La trama de la cinta le permitió a su realizador mezclar dos géneros, acción y fantasía, de una forma tan acertada y prodigiosa que sólo resta rendirse ante la evidencia de que Guillermo del Toro es ya un cineasta de alcances universales.
Siempre orgulloso de su nacionalidad, los sucesos que ha vivido, entre ellos el secuestro de su padre, lo han llevado a mostrar historias crudas, muchas veces recurrentes al mundo de lo sobrenatural, a lo largo de su trayectoria.
"La Guerra Civil es un acontecimiento que también le tocó directamente a nuestro país, cuyo gobierno en la década de los 30 (encabezado por Lázaro Cárdenas) brindó su apoyo a los exiliados", aseveró.
Su pasión por estudiar y profundizar sobre periodos específicos en la historia de la humanidad lo ha llevado a inventar relatos que se desarrollen a la par de estos, como la referida "El espinazo del diablo".
En "El laberinto del Fauno", el talento histriónico de Sergi López, Ivana Baquero y Maribel Verdú le permitió darle relevancia simultáneamente a la parte real y a la fantástica.
En su momento, del Toro reconoció que enfrentó diversas dificultades durante la realización del filme, una de ellas fue que tuvo que aprovechar al máximo a López, pues su compromiso teatral en Madrid no le permitía tener total disponibilidad de tiempo en los días de rodaje.
Sin embargo, no todo representó ser un contratiempo, ya que para su fortuna tenía a Baquero, una actriz que aunque tiene 12 años de edad "me sorprendió por su madurez, era como si tuviera 55 años, supo adaptarse a mi forma de trabajar".
"Estuvimos filmando en la región de Segovia, donde se estaba viviendo una de las más terribles sequías en la historia de España y las autoridades nos prohibieron el uso de armas de fuego o que se hicieran escenas en medio de las llamas", detalló.
Por ello, explicó que se tuvieron que utilizar pistolas de utilería y para hacer reales los disparos recurrió al apoyo de efectos digitales, soporte del que también surgieron las secuencias donde aparece una gran región de bosques.
El género fantástico ha sido la especialidad del oriundo de Guadalajara, Jalisco, desde sus principios en el arte de la cinematografía, como ejemplo, basta citar títulos como "Cronos", "Mimic", "Blade 2" y "Hellboy".
No obstante, se ha negado a aceptar hacer historias como una de las novelas de "Harry Potter" o "Las crónicas de Narnia", porque no desea desvirtuar su visión de la fantasía.
Actualmente, prepara la segunda entrega de "Hellboy" y continúa en su ir y venir entre Madrid y Los Angeles, con algunas visitas a su natal país.
Una de éstas se dio en fecha reciente, pues asistió al Festival Internacional de Cine de Morelia, en el que se estrenó a nivel nacional "El laberinto del fauno".
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