#Birdman vuela alto

#Birdman, un rulo de escenas continuas bien orquestadas a ritmo de batería: un actor que otrora vez fuera un súperheroe de pantalla, el mismo que tiene que recoger los platos de la fiesta que fue su vida. Introspectiva de un personaje decadente bien interpretado por Michael Keaton. Humor inteligente y un mensaje poderoso en los tiempos modernos. Largas y bien sincronizadas escenas sin cortes y con una perspectiva en primera persona, la cámara magistral de Lubezki hace más inmersiva la experiencia. Keaton, Norton, Stone, Galifinakis y todos los demás se funden para redondear esta obra personal que el mismo Iñarritu calificó como un riesgo extremo en su carrera.

Una trama simple que permite desarrollar la personalidad de personajes complejos e interesantes, no hace reaccionar ante la autoflagelación de Riggan (Keaton), popular actor de los 90 por su papel de (Batman?) Birdman, un súper héroe alado, que quiere dejar constancia en el mundo de la actuación con una obra montada en Broadway: el desastre previo al estreno pronostica lo peor en una terrible juego planeado por la ley de Murphy. Es ése caos lo que convierte a Birdman en una comedia de culto, sin recurrir a los chistes bobos o situaciones absurdas; puesto que la realidad puede ser más absurda. El hombre pájaro nos hace reirnos de nosotros mismos, de pensar en las metas que hemos realizado (o no) en nuestras vidas y de lo obsesionados que estamos al atenernos a la opinión de los demás.

"La popularidad es la primita puta del prestigio"