Cinemorelia

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Sinceramente, no soy muy asiduo a las películas asiáticas que no sean de acción, artes marciales o terror. Otros géneros como la comedia, el drama… incluso el thriller, son productos desconocidos por mi y de los cuales soy completamente ignorante a la hora de hablar de ellos, salvo por algún que otro detalle técnico del cual podría balbucear alguna que otra palabra. De todas formas, hace poco me tope con esta película, 13 Beloved, y si bien al principio no me atrapaba mucho su historia por parecerme, quizás, poco original, decidí darle una oportunidad. Y todo lo que pensé sobre la cinta, tengo que admitir, que era un error. Este film es de esos que a simple vista no parecen ser lo que terminan siendo. Son esos films que incluso nos logran engañar en gran parte de su desarrollo, a base de una marcada virtud del director de entremezclar géneros sin hacer demasiado evidentes sus límites. La cinta no da indicios, en un principio, de su temática, incluso cuando su ritmo y dinámica comienzan a tomar forma, lo que genera una intriga constante por no saber a donde va ni de donde viene todo el desarrollo planteado. A simple vista, como dije antes, los primeros 30 minutos de cinta tienen toda la apariencia de pertenecer a un drama… aunque nuestra inquietud, propia de cinéfilos empedernidos, nos hace pensar que algo bueno va a suceder con el resto del metraje. A diferencia de otras cintas orientales, la dinámica narrativa esta vez es pareja y sólida, con una estructura que va desarrollándose paso a paso sin dar por sobreentendido ningún punto, sino que, por lo contrario, se encarga de mostrarnos y explicarnos todo lo que va sucediendo de la mano de un ritmo argumental activo que parece ir acelerando con el correr de los minutos. La película se nutre de un estilo fílmico de esos que van entre lo moderno y lo clásico, pero que, al mostrar ciertos tecnicismos con sus encuadres rebuscados, paneos constantes y una edición cuidada, logra resaltar y destacar los momentos justos de cada escena con una minuciosa particularidad. Además, casi como un condimento, esta llena de toques de comedia negra y de comedia extremadamente absurda, casi rozando lo bizarro por momentos, haciendo descansar al espectador al menos unos segundos de la intensidad de su historia, que a pesar de tener una base un poco vista, logra ser original en su contenido y creativa en su desarrollo, llegando a lugares poco pensados con una frialdad increíble. Y en cierto momento, llegando a las ultimas instancias de la cinta, la misma parece perder un poco de fuerza, parece dispersarse un poco… pero nos sorprende con un final realmente inesperado, que sin salirse del contexto general de la cinta, le otorga un valor aun mas preciado a toda la producción.

La historia cuenta sobre la penosa vida de un hombre común, que trabaja duro para una empresa y lleva una vida ajustada. Un día, cuando le comienzan a salir mal las cosas luego de que un compañero de trabajo le “roba” una venta en la que el venia trabajando hace meses, todo se va al piso cuando lo despiden y, para colmo, la madre le pide un préstamo de 8000 dólares que el acepta darle. Desesperado, entre el llanto y la furia, recibe un misterioso llamado, que le dice que fue elegido para una suerte de reality, donde el premio son 100 millones de dólares, si puede superar las 13 prueban que se le iran planteando telefónicamente. Un tanto descreído, pero con cierta desesperación acumulada, el hombre acepta y comienza un juego macabro que lograra mostrar que no todo en la vida tiene un precio… aunque en otros casos, si.

La dirección esta a cargo de Chukiat Sakveerakul (Evil, The Love of Siam), quien también escribió el guión basándose en el comic de Eakasit Thairatana. Actúan el también cantante Krissada Terrence (The Adventures of Iron Pussy, Bangkok Loco), quien nos regala una excelente representación, Achita Wuthinounsurasit (Shutter), Sarunyu Wongkrachang (Legend of King Naresuan: Hostage of Hongsawadi, The Passion, Hit Man File) y Alexander Rendel (Evil, Indiana Joai: Elephant Cemetery, The Tesseract).

Sorprendente como muchos productos del cine tailandés, además esta cinta cuenta con la producción del destacadísimo productor Prachya Pinkaew, que siendo como el Michael Bay tailandés, produjo también cintas como Ong-Bak: The Thai Warrior, Born to Fight o The Protector, películas que le dieron un gran impulso al genero de acción de ese país. Pero sin sustentarse solamente en eso, la película sabe destacarse por si sola, regalándonos así una violenta y espectacular historia que no podemos dejar de apreciar.

Lucas Robledo.

Puntuacion: 8/10




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