Precisamente fue esta directora de origen argentino quien dio el toque divertido a la ceremonia realizada anoche en el Palacio de Bellas Artes al portar una peluca azul, que también significó una celebración por ser su cumpleaños.
“Cumplo 45 años hoy, así que quise salir un poco de la cotidianidad”, exclamó la cineasta, que muestra en el filme la visión de una niña durante la dictadura militar argentina.
El galardón a Mejor dirección fue para Rodrigo Plá por La demora, una cinta que muestra a una mujer que, agobiada por la economía, decide abandonar a su padre en un parque. El cineasta dedicó la estatuilla a su padre fallecido.
Úrsula Pruneda y Roberto Sosa, ganadores como Mejor actor y actriz, respectivamente, dieron el tono dramático al recoger su estatuilla dorada.
“El arte sangra y da vida, le dedico este premio a mi hija”, indicó Pruneda, quien en El sueño de Lu, con ciertos tintes biográficos, interpreta a una mujer, quien tras la muerte de su hijo intenta salir adelante.
“Este premio llega en un momento importante en mi vida, cuando estoy en crisis existencial”, dijo por su parte Sosa, protagonista de El fantástico mundo de Juan Orol, y que no quiso hacer mayores comentarios a la prensa.
Las leyendas Silvia Pinal e Ignacio López Tarso fueron las encargadas de dar el Ariel de Oro por trayectoria a Mario Almada y Columba Domínguez, así que en el escenario llegaron a contabilizarse casi mil películas de historia.
La cuestión política no podía quedar fuera y le correspondió a Trinidad Ramírez Velázquez, defensora de la tierra, quien al momento de recoger el galardón por el corto documental La herida se mantiene abierta, de Alberto Cortés, hizo el clásico grito de “¡Atenco y la patria no se venden y se defienden!”
La ceremonia, que comenzó pasadas las 20:00 horas, tuvo como particularidad que los presentadores de ganadores han sido parejas en distintas películas, como ocurrió con Marimar Vega y Sebastián Zurita (El ciudadano Buelna), Martha Higareda y Luis Fernando Peña (Amar te duele) y Karla Souza y Ianiz Guerrero (Nosotros los nobles).
El discurso
Que el cine mexicano llegue al público y se revise el marco legal para ello, fue el clamor de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, durante la entrega del Ariel.
Juan Antonio de la Riva, presidente de la AMACC fue el primero en abrir fuego al leer el discurso de su presentación.
“El cine mexicano, como parte de la cultura, es un asunto de soberanía del Estado, es necesario revisar el marco jurídico que lo fortalezca y siga siendo el reflejo fílmico.
“Pedimos un trato digno y equitativo, la comunidad cinematográfica está a la espera y dispuesta y lista para participar”, dijo De la Riva.
En el mensaje, le siguió el actor Daniel Giménez Cacho, ganador del Ariel por Mejor coactuación masculina gracias a su trabajo en Colosio, el asesinato.
“Que el cine llegue a nuestro público, que no es lo que está sucediendo”, consideró el histrión.
Actualmente se estrenan al año cerca de 400 títulos, de los cuales unos 40 son mexicanos, pero que en su gran mayoría no permanecen más de una semana en cartelera, para dejar su lugar a producciones principalmente de Hollywood.
Algunas, como Los últimos cristeros, nominada también a los premios, sólo se han exhibido en la ciudad de México, sin oportunidad de estar en otras plazas.
Fiesta en la alfombra
Desde la alfombra roja, que comenzó a las 19:00 horas, decenas de seguidores admiraron a las estrellas que desfilaron, entre ellas, Mario Almada, Úrsula Pruneda, Columba Domínguez, Mónica Huarte, Matías Meyer y Greisy Mena.
"(Tras 60 años en el cine), me llena de satisfacciones, premios, reconocimientos y cariño. Se ve que me quieren, yo me debo al público porque fue el que me subió", comentó Almada.
Una de las más aplaudidas, fotografiadas y halagadas por el público fue Higareda, quien llegó acompañada por su novio proveniente de Los Ángeles.
(El Universal)
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